Lo que se hace llamar leche y que viene a través de los Clap “no es leche”. Las marcas Santa Paula y MacLeche, es una mezcla de harina grasosa y salada que da la impresión de ser leche, pero no se homogeneiza y provoca diarrea.
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Además, estos productos incumplen con la norma Covenin 1481 y los parámetros del Instituto Nacional de Nutrición (INN) así como la Norma Oficial Mexicana 155-SCFI-2012 para la leche.
Pese a que el tema nutricional y el riesgo en la salud de los niños venezolanos (quienes son los que más consumen este producto) son punto principal en el asunto de corrupción con los Clap, también lo es las presuntas empresas que “trabajan” en la distribución de dichos alimentos. Según el portal Armando.Info la empresa que trabaja con Dai y Mai Leche – ambos productos supuestamente lacteos – opera en el mercado mexicano y venezolano de forma abierta y simultánea.
Además, la mayoría de los “lacteos” son producidos por empresas fantasmales, pues su historial y dirección son completamente desconocidos. De hecho las direcciones que salen reflejadas en los empaques de Lacto Mas y Suprema, que supuestamente provienen de la industria Grupo Brandon, no corresponden a dicha compañía. Refiere la investigación hecha por Armando.Info, que la dirección de los empaques lleva a una casa en Colonia del Valle, donde opera otra compañía que nada tiene que ver con los productos lacteos del Clap.
Otro caso similar es el de la industria Dilac, que producen Kf Milk y Pure Milk, ambas marcas no identificadas como leche sino como “productos lácteos fortificados”. En la dirección de la referida industria, dijeron desconocer dichas marcas. Armando.Info indicó que la empresa se encarga del sector lácteo, más dejaron en claro que “no trabajan exportando productos para Venezuela”.
En agosto de 2017, la Fiscal Luisa Ortega Díaz, durante su participación en la cumbre de fiscales del Mercosur celebrada en Brasil, reveló que Nicolás Maduro sería dueño de una empresa mexicana ligada a irregularidades con las cajas de alimentos distribuidas a través de los famosos CLAP. Siendo este uno de los más grandes actos de corrupción por parte del ejecutivo.
Ortega Díaz alegó que la empresa “de la cual Maduro es uno de los dueños” estaría conectada con políticos chavistas, empresarios y políticos colombianos en una red de corrupción con la que se habrían malversado alrededor de 340 millones de dólares. Por lo que los Clap, más allá de ser la excusa perfecta del Gobierno para engañar a los ciudadanos con el cuento que ellos suministran alimentos, sería la mafia más grande para llenarse los bolsillos a costilla de la salud alimentaria del pueblo.
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