Almagro parece que ya cumplió su tarea. Las acciones del secretario sorprendieron a más de uno, que al principio no entendían por qué había invocado la Carta Democrática
El gobierno venezolano no se desprende de sus acciones anti democráticas, como fue la presión para que funcionarios retiraran sus firmas al solicitar el revocatorio, o el Consejo Nacional Electoral que dificulta la verificación de firmas, o la demanda ante el TSJ contra la MUD por presunto fraude debido a las firmas excluidas. Sin embargo, los saqueos y muertes ocurridos en la ciudad de Cumaná, al oriente del país son un alerta de cómo un escenario de estallido social emerge como primera posibilidad en las próximas semanas.
Pese a todo, para mí lo ya descrito son evidencias de que el juego político ha comenzado a destrancarse, justo en medio de muchas tácticas que podrían amenazar una salida pacífica al conflicto venezolano. Es algo incipiente y delicado. Cualquier error puede trancar las opciones que medio se abren.
Esta semana se presenta en extremo interesante, tanto por la situación interna de Venezuela, el reto que tiene la oposición de movilizar a electores para que verifiquen las firmas en un ambiente de desinformación y confusión, y por todo el panorama internacional.
En todo caso, Almagro parece que ya cumplió su tarea. Las acciones del secretario sorprendieron a más de uno, que al principio no entendían por qué había invocado la Carta Democrática sin contar con los votos para aprobarla. En el camino, se han despejado algunas dudas. Uno de sus allegados asegura que no hizo cálculo político, sino que intenta cumplir con sus funciones.